Revisión pilórica endoscópica
El píloro es un tejido muscular situado entre el intestino delgado y el estómago, que se abre y cierra para controlar el paso de los alimentos del estómago a los intestinos. En condiciones normales, el músculo pilórico está cerrado y es posible que la comida permanezca en el estómago durante un tiempo suficiente. Sin embargo, en la mayoría de los pacientes con obesidad, este músculo permanece abierto todo el tiempo porque se encuentra en un estado deformado. Por lo tanto, el músculo pilórico, que no puede mantener su función saludable, provoca una sensación constante de hambre en el paciente.
El procedimiento de revisión pilórica, que ha comenzado a aplicarse en el tratamiento de la obesidad, es un procedimiento prometedor para eliminar el trastorno mecánico en el músculo.
La revisión pilórica endoscópica es un procedimiento de pérdida de peso mínimamente invasivo que implica reducir el tamaño de la abertura entre el estómago y el intestino delgado, conocida como el píloro. Al disminuir el tamaño del píloro, los alimentos pasan más lentamente, lo que provoca una sensación de saciedad y reduce la cantidad de alimentos que se pueden consumir. El procedimiento se realiza de manera endoscópica, utilizando un tubo flexible con una cámara e instrumentos quirúrgicos adjuntos, que se inserta por la boca y hacia el estómago. La revisión pilórica endoscópica es una alternativa prometedora a las cirugías tradicionales de pérdida de peso, como el bypass gástrico, que pueden ser más invasivas y requerir tiempos de recuperación más largos. Sin embargo, el procedimiento todavía es relativamente nuevo y los estudios a largo plazo sobre su seguridad y eficacia aún están en curso. La revisión pilórica endoscópica puede ser una opción adecuada para personas que han tenido dificultades para perder peso solo con dieta y ejercicio y que buscan una solución de pérdida de peso menos invasiva.
Detalles del tratamiento
como se aplica
La revisión pilórica es un procedimiento corto no quirúrgico que se completa en aproximadamente 15 a 20 minutos con inyecciones alrededor del píloro a través de una aguja endoscópica. Previo al procedimiento se aplica sedación para garantizar la comodidad del paciente.
Aunque varía de un paciente a otro, la duración del procedimiento generalmente puede durar de 4 a 9 meses.